CICATRICES DE UN PERIODO

Omar Rodríguez hace unos meses supo comentar en Desde Afuera, la frase que me ha sugerido hacer este blog: "La ideología de la carestía va con nosotros más allá de "períodos especiales" (y que quedará tatuada como exergo en los bajos del blog), tras lo cual empecé a recordar cuantas veces he actuado llevado por lo aprendido a fuerza de necesidad y carencia en los años más duros del 92 al 94, y su continuación. No las experiencias en sí, no; se trata de cuanto ha marcado en mí y cuánto y cómo a veces se refleja esto en mi cotidianidad, alejado de cualquier suspicacia o tendencia. Aclaro que viví la mayor parte de mi adolescencia durante toda la década del noventa, y el período es una de las cosas que más me han marcado desde todo punto de vista; aunque no por eso puedo echarle la culpa de todas mis mediocridades.

La primera imagen que me surgió cuando leí la frase, fue una tarde noche, ya viviendo en Buenos Aires, en que presto a tomar una ducha, e incluso, ya mojado, reparé en que no había jabón; y salí a medio secar con la toalla a la cintura a buscar un jabón por toda el departamento, y nada, se nos había olvidado comprar, hasta que recordé, que en un rincón, casi seco del poco uso, había un jabón de lavar. Lo gracioso del tema fue como lo agarré con toda naturalidad, le corte un pedazo y me bañé tranquilamente, recordando viejos tiempo que aun no acaban.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre si nos ponemos a contar, no alcanzarían muchos gigabytes para lo que hay que decir. Me gusta el deseño y los colores que le has puesto al blog, y evidentemente, todos estamos marcados por esos años en que "libramos una batalla" para decirlo en el lenguaje que corresponde a un "órgano oficial".
Recuerdo que José Luis Medina, de Habana Abierta, me contó que había escrito una canción sobre un momento puntual del "período" y es la que cierra el HABANA OCULTA, dice aquello de "está este ritmo sabroso..."
En fin, que lo peor no es lo que pasamos, sino que muchos de nuestros hijos crecieron en etapas importantes de su vida durante los años realmente duros de escacés y apretón propagandístico, así que por mucho que algunos padres insistieron en traerlos al "buen camino" no lo consiguieron. Hay toda una generación de muchachos que viven en la isla cuya manera de entender el mundo es la que le ha marcado el "período especial". Todo ha cambiado desde entonces en la cabeza de la gente, por más que se empeñen en seguir diciéndonos que las cosas son iguales.

Gabriel Syme dijo...

Así que blog nuevo y todo... ¡Mira tú! Más allá de la frase de Omar, que sin duda es cierta, hay, por un lado, carestías anteriores (por ejemplo, mi abuela materna y la influencia que traía de la austeridad gallega que puso en práctica incluso en los mejores momentos), por otro, determinados comportamientos compulsivos que no tienen nada que ver con ciclos de abundancia y escasez.

Por ejemplo, en parte es por la experiencia cubana que trato de descargar ávidamente todo lo que puedo con la mula. Tengo la certeza, en lo más profundo, que semejante oportunidad no va a ser eterna. Pero más allá de esa paranoia, tengo que reconocer que soy un obsesivo. Me gusta tener, es un ejemplo, la discografía completa de los grupos que oigo. A veces no todos los discos me gustan, pero me gusta saber que los tengo ahí para el día que quiera oírlos (dudoso) o para cuando necesite mirarlos como referencia para otra cosa. Otro tanto pasa con los libros. Aquí no se puede, que no son baratos, pero mi biblioteca personal en La Habana traicionaba el mismo impulso: tratar de tenerlo todo, que probablemente algún día lo necesite.

No voy a culpar al Período Especial por esa actitud. Obviamente la traigo de fábrica.